La organización ecologista Tatuy ha señalado que, en base a datos de la Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales de la Universidad de Los Andes, en los últimos 30 años la superficie de los glaciares venezolanos pasó de 136,8 hectáreas a 43,1 hectáreas. El presidente del Instituto de Investigaciones Científicas (Ivic), Ángel Viloria, afirmó igualmente que los glaciares de Venezuela sufrieron "un deshielo del 70% en los últimos 30 años". Estos datos han llevado a los científicos afirmar que, de continuar aumentando la emisión de gases invernadero y la deforestación de bosques, "la nieve tiene una esperanza de vida de 12 a 13 años" en Venezuela.
Noticias como ésta son las que advierten prácticamente a diario de la desaparición de los glaciares a nivel global, esta desaparición es un hecho provocado por el elevado nivel de contaminación que diariamente es emitido a la atmósfera, estos gases, llamados gases de efecto invernadero, contribuyen al aumento de la temperatura global, provocando numerosos desajustes tanto en los factores climáticos como en los factores biológicos.
Este aumento descontrolado de las emisiones en fábricas, empresas o incluso en los propios hogares afecta directamente al aumento de temperaturas porque dichas emisiones ayudan a aumentar la densidad y consistencia de la capa de ozono, lo que en cierta medida es beneficioso puesto que nos protege de la radiación solar, pero también dificulta la salida de la luz que se refleja en la superficie terrestre, haciendo que ese calor permanezca en la atmósfera, calentando el planeta y subiendo la temperatura.
El aumento de la temperatura afecta en primer lugar a la climatología, puesto que favorece a la evaporación del agua pero no a su condensación, por tanto se reduce considerablemente la formación de nubes y en consecuencia se reduce notablemente el contenido de lluvias anuales, provocando un mayor desgaste de los acuíferos y el descenso de agua dulce, mas aprovechable que la salada. El descenso de aguas dulces también afecta a la desertización y a contribuye a la sequía, puesto que el vaciamiento de acuíferos y el descenso de lluvias origina sequía y empobrecimiento del suelo, volviéndolo inútil.
Además del factor climatológico, hay que tener muy en cuenta el factor biológico. Este aumento de temperaturas puede afectar a las formas de vida animal, afectando en las aves a la hora de inciar sus movimientos migratorios, a las epocas de apareamiento de algunas especies, la extinción de animales que necesitan unas ciertas condiciones ambientales para sobrevivir y estas condiciones se ven afectadas por este aumento de temperaturas...
En definitiva, el cambio climático provocado por estas emisiones desmesuradas solo puede traer consigo efectos que desfavorezcan al curso normal de la Tierra y de los seres vivos que habitan en ella.
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